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lunes, 16 de mayo de 2011

Los polvos reactivos que emplea la Ertzaintza para buscar huellas pueden provocar cáncer


Una investigación sobre el terreno siempre puede llevar a un descubrimiento inesperado o abrir una línea de actuación diferente de la prevista. Buen ejemplo de ello es lo que le sucedió a un ertzaina después de un operativo que se presuponía ordinario. Un robo en una clínica dental acaecido el pasado marzo desembocó, tras una serie de consultas cruzadas, en la aseveración por parte de la Unidad de Policía Científica de que los polvos reactivos que emplea la Ertzaintza para localizar pruebas en los distintos escenarios de sus actuaciones tienen efectos cancerígenos.

Así aparece reflejado en un informe redactado a título individual por el mencionado ertzaina, destinado a su jefatura de unidad y titulado Riesgo sanitario personal y material de trabajo inadecuado. En su escrito, desgrana "los hechos recientemente ocurridos", comenzando con el aviso que la Ertzaintza recibió el 11 de marzo por un hurto en una clínica odontológica. El autor del informe, miembro de lo que denomina "recurso de Inspecciones Oculares", se personó en el lugar para llevar a cabo un rastreo para localizar pruebas como huellas u otras evidencias dejadas por los supuestos ladrones. En concreto, y tal y como aparece en su escrito, "se realiza tratamiento lofoscópico de evidencias con reactivos físico mecánicos" de dos marcas concretas, denominadas coloquialmente como polvo gris y polvo negro. Después de concluir su labor, el ertzaina instó al cirujano dental que trabajaba en la clínica a que procediera a ventilar la misma.

"riesgo sanitario" Dicha petición, realizada de una forma totalmente natural, como parte de su rutina, tan solo perseguía evitar que las personas que pudieran pasar por el lugar respiraran los productos utilizados por el ertzaina. La sucesión de acontecimientos posterior llevó finalmente a la ominosa conclusión apuntada. El cirujano le preguntó por el "riesgo sanitario de los materiales utilizados durante el tratamiento de evidencias". El agente le respondió que los mismos son "tóxicos", sin más.

Ante la incertidumbre creada, y dado que el médico tenía previsto realizar ese mismo día dos intervenciones quirúrgicas, el ertzaina pidió por teléfono a la Policía Científica más información sobre las posibles afecciones de los polvos gris y negro. Previa consulta con el Servicio Médico de Erandio, tan solo acertaron a confirmarle que se trata de "polvo tóxico".

Le trasladaron asimismo la recomendación de que "se volviera a esterilizar" el material quirúrgico, así como la propia sala, ya que podían haber sido "contaminados". Así se comprometió a hacerlo el cirujano, quien atrasaría las citas previstas con sus pacientes.

Sin embargo, el ertzaina no se quedó tranquilo. No es para menos, dado lo que apunta a continuación en su informe. Explica que, "finalizada la inspección ocular, el agente que suscribe se quitó la mascarilla que portaba, sonándose las fosas nasales y comprobando una vez más que la mucosidad era de color negro y que le escocían los ojos y la garganta, siendo éstos unos síntomas que se repiten en cada inspección ocular con aplicación de polvos de color. Ocasionalmente también se han experimentado dolores intensos de cabeza".

Sin material Un mes después, el agente volvió a ponerse en contacto con la Unidad de Policía Científica para "solicitar información de riesgo sanitario acerca de los polvos de tratamiento lofoscópico". Es difícil imaginar su reacción al recibir la respuesta: además de tóxicos, dichos productos "son cancerígenos". En este preocupante dato, que empieza a correr como la pólvora entre la plantilla, donde se ha instalado la preocupación, se encuentra el origen del informe al que ha tenido acceso DEIA. "Al agente que suscribe le resultan estos datos de toxicidad y cancerígenos muy alarmantes y preocupantes", señala.

Aquí se enmarca también la pertinaz escasez de medios que vienen denunciando agentes y sindicatos. En primer lugar, el ertzaina critica que Recursos Humanos les dota de "mascarillas que le sobraron de la gripe A, es decir, mascarillas desechables de tela, sin ningún tipo de protección extra que impida el acceso de los reactivos físico mecánicos a las fosas nasales y boca". Agrega que tampoco se les facilita "ningún tipo de protección para los ojos". Por ello, y por los "síntomas personales observados", traslada una serie de reclamaciones a la jefatura de unidad.

En primer lugar, pide "información detallada y escrita, fiable y veraz, médicamente contrastada, acerca del riesgo sanitario personal del agente que realice la inspección ocular". También del que "pudiera derivarse para terceras personas", así como de las "medidas a adoptar antes y después de la utilización" de estos polvos.

Pide, a su vez, "material adecuado para la realización de la inspección ocular", incluyendo "guantes de látex, mascarillas para tratamiento lofoscópico y gases orgánicos durante hallazgos de cadáver". Aprovecha para denunciar que no se les está dotando de guantes de látex de talla grande, sino solo de medida mediana y pequeña.

Sin medias tintas, el ertzaina aprovecha para "denunciar la falta de material adecuado" para el ejercicio de su trabajo, así como de "información médica contrastada" sobre los efectos lesivos de los reactivos que emplean.

A la espera de recibir una respuesta a su comunicación, anuncia que, "dados los datos de peligrosidad para la salud de los que se tiene conocimiento por vía verbal desde la Unidad de Policía Científica", desde ese momento procederá a "informar a terceras personas antes de la realización de toda inspección ocular del peligro al que se exponen por la inhalación de polvo reactivo".
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viernes, 6 de mayo de 2011

UN PELIGRO MAS .....


http://www.infoalimentacion.com/noticias/2011/4/4719_cafe_capsulas_furano.asp